miércoles, 1 de julio de 2015

El minotauro

Bitácora 2

Día 2    Fecha: 30 / 6 /15
Título: Mitos griegos contados otra vez
Autor: Nathaniel Hawthorne
Páginas leídas: 103-132

Una vez, Nathaniel Hawthorne cautiva a los lectores con el mito del Minotauro, en donde narra la historia de Teseo, un joven hijo del rey Egeo, que llegó a Atenas para encontrarlo. Superó a la bruja Medea y se reunió con su padre. Sin embargo, tuvo que viajar a Creta para matar al minotauro, que cada año tenía que tener sacrificios por parte de los atenienses. Con ayuda de la princesa Ariadna, hija del rey Minos, venció, pero al regresar encontró que su padre se había arrojado de un acantilado pensando que su hijo había muerto.

El autor, en esta ocasión, ha guiado al narrador para hacernos pensar en un final feliz. No obstante, hizo que, al menos en mi caso, me olvidase de la promesa de Teseo a su padre, y que la historia tuviera un giro inesperado: “No pudo soportar la idea de vivir por más tiempo; ¡y, arrojando primero la corona y el cetro al mar (ahora fruslerías inútiles), el rey Egeo se inclinó hacia adelante, cayó de cabezas por el acantilado y se ahogó…” (Hawthorne, 2000, p.132). Claramente, Hawthorne ha pretendido sorprender al lector.

Un aspecto que me ha gustado mucho es ver la opinión desvergonzada del autor frente al minotauro. Este no pretende minimizar la apariencia que otras versiones sí hacen: “En la isla de Creta vivía un horrible monstruo, llamado el Minotauro, que era en parte como u hombre y en parte como un toro, y una criatura tan horrible que es verdaderamente desagradable pensar en ella.” (Hawthorne, 2000, p.116)

Cabe destacar la personalidad de los personajes. Especialmente de Teseo, quien fue muy valiente y hozado en todo el relato, como se evidencia en: “Y así, cuando llegó el final del viaje, Teseo había cumplido muchos hechos valientes con la espada de empuñadura de oro de su padre, y se había ganado el renombre de ser uno de los jóvenes más valientes de aquel entonces.”(Hawthorne, 2000, p.108). Como otro punto, están sus motivos, ya que no fueron de poder o prestigio, sino que él quería conocer a un padre que había estado ausente durante parte de su vida. También, Teseo fue un buen líder, pues sabiendo esto, debía sacrificarse por su pueblo y decidió librar a Atenas del Minotauro. Esto incluso lo menciona él en la siguiente cita: “¡Es porque soy un príncipe, tu hijo, y legítimo heredero de tu reino, que asumo libremente la calamidad de tus súbditos! (Hawthorne, 2000, p.117) Pero también debo realzar a otros personajes. El primero de ellos es Ariadna, quien como Medea del cuento del Vellocino de Oro, decidió arriesgarse por una causa buena, y ayudó a nuestro protagonista. El segundo es el rey Minos. Desde que el autor nos menciona la historia de la criatura mitad toro y mitad hombre, nos damos cuenta de la poca humanidad de este rey. Esto, también es dicho luego por el protagonista, quien llama “monstruo” a Midas.


Un mensaje que pude percibir es el de humildad, pues, como ya mencioné, Teseo se ofreció libremente por proteger a Atenas, por lo que es poseedor de la característica previamente dicha. Esto es muy importante, ya que en nuestras vidas, debemos considerar que ya sea estemos orgullosos de algo o decepcionados, no debemos hacer alarde de nuestra posición, especialmente del primero. Así, también debemos pensar en todos y no solo nosotros, como hizo Teseo, quien pensó en su pueblo primero, incluso por encima de su padre.



Por último, un punto a favor para mí fue el final, pues me sorprendió. Igualmente, se puede ver que el joven héroe se convierte en un rey comprensivo y pensó además en la familia que dejó atrás, llevando a Etra para que lo ayude y apoye: “Sin embargo, llevó a Atenas a su querida madre y, siguiendo sus consejos en asuntos de estado, se convirtió en un monarca excelente y fue muy amado por su pueblo.” (Hawthorne, 2000, p.132)

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