viernes, 11 de septiembre de 2015

El retrato Oval (El Universo de Poe)

Carta 2

Europa, 11 de septiembre del 2015

Querida esposa,

¡Cuánto dolor es el que estoy sintiendo! Sé que esta carta nunca llegará a tus manos, pues ahora ya estás muerta, pero en verdad necesito expresar todo lo que llevo dentro. De todas las emociones que me abundan, el dolor es el peor. Ese dolor que crece y se esparce por todo mi ser. Yo nunca quise que te fueras, yo nunca te quise lejos de mí. Estaba tan perdido en el arte y no me di cuenta de lo mucho que me necesitabas. Ahora sé que, como si solo de una historia se tratara, "fue espantoso para esta dama oír hablar al pintor de su deseo de retratar a su joven esposa." (Poe, 2011, p. 111) Pero, aún así, tu mi bella dama, tú mi joven esposa, lo hiciste, y yo, como pintor fiel, te fallé. 

Ahora, lo único que me queda de ti es ese retrato, aquel que nos separó, nos volverá a unir, pues esta solo puede hacer que sienta que estás junto a mí. Debo decir que en la pintura, aquella que amo y odio al mismo tiempo, estabas bellísima. En esta," sólo la cabeza y los hombros, pintado en lo que se denomina técnicamente estilo vignette [...] Los brazos, el busto e incluso las puntas del cabello radiante se fundían imperceptiblemente en la vaga pero intensa sombra que formaba el fondo del conjunto." (Poe, 2011, p. 110) ¡Ay, pobre de mí! Culpable soy de tu muerte, que mientras creando una obra tan bonita, dejaba de lado a la obra hermosa. Ahora me doy cuenta de lo que hice, pero quiero que sepas, aunque sé que no lo vas a hacer, que ya aprendí. Aunque dudo mucho volverme a enamorar, pues en mi corazón solo estás tú, sé que no debo dejar de lado lo más importante: el amor. Y lo peor, es que no deje pasar cualquier amor, sino el tuyo, que con pasión me lo entregaste.

Realmente, estuvo tan distraído. Todos se daban cuenta de lo que te estaba aconteciendo, pero yo, la persona que debía notarlo más, no lo hice. Pero, también todos notaron que estuve sesgado de tu belleza. " [...] Algunos que contemplaron el retrato hablaron en voz baja del parecido como de una maravilla prodigios y una prueba tanto de la gran maestría del pintor como de su profundo amor por aquella a la que tan incomparablemente retrataba." (Poe, 2011, p. 112) ¡Ay! Si supieran que ese retrato oval no tiene ni punto de comparación con tu real hermosura, aquella que yo dejé que se vaya. Sé que si estuvieras aquí, me dirías que terminará con el culparme, pues fuiste tan comprensiva, tan amable con todos. Pero, no puedo hacerlo, al menos no ahora.Ojalá algún día pueda perdonarme, porque sé que tú ya lo has hecho, en donde te encuentras ahora ya me perdonaste.

¿Sabes? Eso es lo único que me reconforta, el saber que estás en un lugar mejor, en donde no hay esposos distraídos ni pinturas que distraigan. Un lugar que es digno de ti, digno de tu esplendor. Me gustaría que ese lugar en donde te encuentras estuviera permitido que me respondieras, aunque sea por cartas, pues sé que tú escribirías con tanta dedicación y cariño como yo lo estoy haciendo ahora. No estoy segura de donde irán a parar estas palabras, tal vez vayan al mar, en donde tú las puedas recoger, pues de alguna manera el mar sería mi cómplice y la llevaría hasta el paraíso. Y sí, digo paraíso porque con tal solo el hecho de que tú estés ahí, ya se vuelve un paraíso, mí paraíso. Supongo que debo terminar, y también deseo que esto termine. ¡Que mi dolor termine! Este dolor, esta culpa y esta tristeza. Deséame éxitos mi joven esposa, porque si tú me lo pides, esta vez sí lo cumpliré.

Con todo mi amor e inspiración,
El pintor.


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